Hace 73 años a las 20.25 horas, luego de luchar y padecer una maldita enfermedad, Eva Perón nos dejaba físicamente con solo 33 años de edad. Ese tiempo le bastó para convertirse en una mujer extraordinaria, compañera del General, amiga de los trabajadores y trabajadoras y protectora de los humildes.
Evita representó la lealtad inquebrantable a Perón. Entregó literalmente su vida por la causa de un pueblo sediento de fe y de justicia.
A través de su Fundación “Eva Perón” se construyeron hospitales, hogares para ancianos y madres solteras, policlínicos, escuelas, una ciudad infantil, entre las más de 120 mil obras públicas que en 10 años realizó la revolución justicialista, cambiando la vida del país para siempre.
Fue impulsora de la Ley N°13010 que otorgó el derecho a las mujeres de votar y de ser elegidas. Fue Presidenta del Partido Peronista Femenino, incorporando a la mujer argentina a la vida política, a su vez un elemento indispensable del movimiento peronista.
Eva es Jefa y Guía Espiritual de la Nación. Está presente en el alma del pueblo argentino. Su imagen aún acompaña los hogares de nuestras familias recordándonos que frente a las injusticias no podemos ser indiferentes y debemos organizarnos para devolver la dignidad que supimos conseguir, llevando como bandera su nombre a la victoria.